El aprendizaje real llega al corazón de lo que significa ser humano. A través del aprendizaje, nos recreamos.
A través del aprendizaje, podemos hacer algo que nunca hemos podido hacer.
A través del aprendizaje, re-significamos el mundo y nuestra relación con él.
A través del aprendizaje, aumentamos nuestra capacidad de crear, de ser parte del proceso generativo de la vida.
Hay un hambre profunda dentro de cada uno de nosotros por este tipo de aprendizaje.Peter M. Senge, La quinta disciplina.
Hoy en día, cada vez más, estamos percibiendo un escenario algo turbulento para las organizaciones, que a la vez que genera incertidumbre también se convierte en un terreno fértil de oportunidades.
El avance de la tecnología, desde hace mucho tiempo, llega a un gran ritmo, las empresas más jóvenes han “tomado la carta”, transformando, interrumpiendo e incluso eliminando mercados enteros.
Amazon y Google están ingresando a mercados completamente nuevos, como los bancos y la atención médica.
Además, no podemos ignorar eventos externos, turbulencias políticas, económicas y ambientales que amenazan con cambiar las reglas.
Los trabajadores, los clientes y la sociedad ya no son como «los» de décadas anteriores, ya que han desafiado a las empresas a pensar y actuar más allá de los balances e informes de resultados.
Es en este escenario, de la era digital, que las organizaciones deben adaptarse rápida y continuamente o enfrentar el declive y la extinción.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿Cómo adaptarse? ¿Cuál es la receta?
Sí, no hay ingresos, pero las respuestas están en la capacidad de las empresas para aprender, para valorar el potencial intelectual de todos, y no solo de algunos en la cima de la jerarquía, en el día a día de las organizaciones y para incrementar sus productos, servicios con este conocimiento “vivo”, “fresco” y “nuevo”.
Y para eso, es necesario invertir en una Cultura de Aprendizaje, que según estudios realizados por Scaled Agile, Inc., se presenta en tres dimensiones:
(1) Organizaciones de Aprendizaje;
(2) Cultura de Innovación;
(3) Mejora Implacable.
Y cada una de estas dimensiones, como se muestra a continuación, se caracterizan por sus respectivos elementos.
La Cultura del Aprendizaje se lleva a cabo, con la vivencia de todas estas dimensiones de forma continua y dinámica.
Solo a partir del desarrollo de una Cultura de Aprendizaje, que una empresa puede evolucionar hacia mecanismos adaptativos de cambio.
Las organizaciones que tienen este perfil, valoran el conocimiento colectivo, la experiencia y la creatividad de su fuerza laboral, clientes, cadena de suministro y un ecosistema más amplio.
Hoy en día, el cambio se percibe como algo inherente a los negocios, por lo que estas organizaciones aprovechan las fuerzas del cambio a su favor.
Se fomenta la curiosidad, la exploración, la invención y el espíritu empresarial.
El compromiso del “status quo” se cuestiona, y las estructuras verticales rígidas y aisladas dan paso a construcciones organizativas fluidas que pueden cambiar según sea necesario para optimizar el flujo de valor.
Aprenda un poco más sobre el tema accediendo al enlace:
https://www.scaledagileframework.com/continuous-learning-culture/ .
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