Ya hemos hablado aquí en el blog del concepto de cadena de valor, que es una serie de pasos que da una empresa en busca de soluciones para proporcionar un flujo continuo de valor al cliente. Ahora, vamos a explicar cómo identificar y mapear la cadena de valor.
La identificación consiste en comprender quién trabaja en la organización, comprender las áreas, equipos, sistemas, proveedores involucrados en todo el flujo, siempre orientados a la solicitud del cliente.
Es una especie de encuesta para visualizar el paso a paso que seguirá la empresa para entregar ese producto y/o servicio que se demandó.
El mapeo de la cadena de valor mide el desempeño de este flujo. Entonces, esta es una etapa que verifica cómo pasa esa demanda entre los equipos, la sinergia entre ellos y se puede observar dónde están los cuellos de botella.
En esta etapa también existen métricas asociadas al tiempo total entre la solicitud del cliente y la entrega del producto y/o servicio.
Usando algunos principios de SAFe, es posible crear un sistema de prácticas integradas que mejoren el compromiso de los empleados, el tiempo de comercialización, la calidad de la solución y la productividad del equipo, es decir, toda la cadena de valor.
Dichos conceptos evolucionaron a partir de principios y métodos ágiles, desarrollo de productos Lean y pensamiento sistémico, además de observar lo que se adoptó y tuvo éxito en ciertas empresas.
Uno de los principios defendidos por SAFe, que puede guiar este trabajo de cadena de valor, es la organización en torno al valor.
Sabemos que hoy, en plena era digital, una ventaja competitiva sostenible es la rapidez con la que una organización puede responder a las necesidades de sus clientes con soluciones nuevas e innovadoras.
Y es fundamental que la empresa esté atenta, porque si las necesidades del cliente cambian, es necesario reorganizarse rápidamente para seguir entregando valor.
SAFe también se basa en una visión económica, es decir, busca entregar el mejor valor, con calidad, en el menor período sostenible.
Esto requiere una comprensión de la economía de los sistemas de construcción. Este marco destaca las compensaciones entre el riesgo, el costo de la demora (CoD), los costos de fabricación, operación y desarrollo.
Luego aplique el pensamiento sistémico. En SAFe, el pensamiento sistémico se aplica al sistema en desarrollo y también a la organización que construye el sistema.
El pensamiento sistémico consiste en sinergia entre diferentes equipos, colaboración entre áreas y resultados. Es importante recalcar que todo es parte de un sistema y que cualquier cambio en un área de la cadena de valor puede ofrecer beneficios o perjuicios a otra área.
SAFe también engloba otros principios que también pueden ser utilizados a la hora de fluidificar la cadena de valor, como asumir la variabilidad y conservar opciones, construir de forma incremental con ciclos de aprendizaje rápidos e integrados, además de basar los hitos en la evaluación objetiva del sistema de trabajo.
Ya visualizar y tener límites WIP (Work in Progress) es un principio SAFe que, aplicado en una cadena de valor, ayuda a reducir los tamaños de lote y gestionar los tamaños de cola, lo que permite aumentar el rendimiento y limitar la demanda de la capacidad que realmente existe.
Aplicar cadencia, sincronizar con la planificación entre dominios, es una estrategia que le permite crear previsibilidad y generar ritmo para el desarrollo.
El siguiente principio es desbloquear la motivación de los empleados. Aquí es importante generar autonomía y propósito para fomentar un mayor compromiso de todos los involucrados.
También en la lista está la descentralización en la toma de decisiones. Esta es una medida que, una vez practicada, reduce los retrasos, mejora el flujo de desarrollo de productos y permite una retroalimentación más rápida, lo que permite la creación de soluciones innovadoras.