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Ver todo lo que sucede a nuestro alrededor es una forma de resumir el pensamiento sistémico. Pero esta definición en sí misma es algo simplista dado el propósito plural que tiene esta mentalidad.

Además de visualizar un contexto más amplio y complejo, esta forma de pensar debe considerar las implicaciones de lo que está ocurriendo y, así, transitar un camino más adecuado a seguir.

Para entender el Pensamiento, ilustremos usando un sistema extremadamente complejo, pero que todos conocen: el cuerpo humano.

En él, tenemos los sistemas respiratorio, esquelético, muscular, cardiovascular y urinario, solo por nombrar algunos. Es esta unión de partes individuales, pero trabajar de manera integrada mantiene un organismo vivo y saludable.

Ahora, imagínese si, por ejemplo, el riñón comienza a mostrar problemas en su funcionamiento. Cuando funciona mal, afecta al corazón, que está sobrecargado y necesita trabajar aún más. Pero, esto hace que el corazón se comporte mal y comience a bombear sangre «sucia». Esto termina aumentando la presión del propio riñón, que no está bien y está empeorando. Y así, en escala, uno daña al otro hasta que el conjunto se ve afectado.

Por el contrario, cuando todo funciona correctamente, no hay nada de qué preocuparse.

Por tanto, así es como debemos trabajar el Pensamiento de Sistemas: con sistemas, subsistemas y partes individuales, de forma conectada.

Las decisiones basadas en esto deben tener en cuenta todas las partes de este conjunto, subconjuntos y partes individuales que interactúan entre sí y también con otros sistemas, ya sea directamente o no, ya sea un sistema interno o no.

LA ANTIGUA FORMA DE PENSAR

Aunque lentamente, las organizaciones se han dado cuenta de que la forma de pensar reduccionista-mecanicista ya no responde ni se hace efectiva ante la nueva realidad que vivimos basada en un mundo VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad). Y para entender esto, retrocedamos un poco en el tiempo.

El pensamiento sistémico se opone al viejo pensamiento mecanicista que surgió durante la Revolución Científica del siglo XVII con la ayuda de los filósofos René Descartes, Francis Bacon e Isaac Newton.

Posteriormente, en el siglo XX, la corriente científica creó el pensamiento “reduccionista-mecanicista”, que implica dividir el todo en partes para aislar o reducir el campo de estudio en cuestión.

El caso es que, desde entonces, esta corriente de pensamiento ejerce una fuerte influencia, principalmente en los países occidentales, y ha ido configurando nuestra forma de pensar y de vivir.

Y es muy fácil para nosotros ver cómo este pensamiento nos afecta incluso hoy. Un buen ejemplo es que al describir la estructura docente de nuestras escuelas, observamos una organización del conocimiento totalmente fragmentada, en la que una disciplina no participa o no está conectada con otras.

Otro ejemplo emblemático y muy común se encuentra dentro de las organizaciones: las empresas tradicionales suelen estar estructuradas en departamentos, verdaderos silos estancos que solo son responsables de lo que está directamente relacionado con su principal competencia y alcance de su desempeño.

Es por eso que las empresas con una jerarquía de mando y decisión muy rígida, también conocida como mando-control, están en franca decadencia con sus modelos organizativos totalmente inflexibles y resistentes a los cambios culturales de la organización.

NUEVA ERA, NUEVA FORMA DE PENSAR

 

Con la llegada de la Era Digital, donde la conectividad para la generación de valor juega el juego, es necesario admitir, aceptar y saber lidiar con la incertidumbre a un nivel sin precedentes y, sobre todo, adaptarse rápidamente a los cambios que ocurren de la noche a la mañana.

Las personas y las empresas buscan cada vez más alternativas y caminos diferentes a los que ya no responden o son efectivos ante la nueva realidad que vivimos.

El nuevo orden requiere un enfoque más plural, transdisciplinario, diferente de un enfoque solo interdisciplinario propuesto por el pensamiento “reduccionista-mecanicista”.

Un enfoque donde la percepción de cómo las partes se relacionan entre sí y cómo manejamos sus desarrollos parece tener más sentido que querer específicamente comprender el todo a partir de un análisis restringido a cada parte aislada.

Es de esta necesidad de lidiar con las dificultades inevitables que nace la nueva percepción que ahora necesitamos ver el panorama completo o de lo contrario sufriremos o incluso pondremos en peligro nuestra propia supervivencia.

Y así ha sido en las discusiones sobre sostenibilidad, política, clima, seguridad, temas sociales y especialmente de negocios.

¿Podrías trazar una relación entre la tortuga que muere en el océano asfixiada por una bolsa de plástico con mala distribución de ingresos en los países subdesarrollados y el clima? ¿Qué relaciones podrían tener, qué consecuencias podrían generar para estos sistemas con una fricción desordenada entre estas partes?

Pues bien: no hay respuestas listas y definitivas, si no tenemos en cuenta que pueden estar sujetas al punto de vista del observador o de sus observadores.

El hecho es que el Pensamiento Sistémico nos ayuda a explicar escenarios o situaciones más complejas que de otro modo serían mucho más difíciles e incluso imposibles de explicar dado un cierto tiempo/espacio.

Por lo tanto, pensar de manera sistémica requiere comprender cómo funcionan todas las partes. Es retratar toda la dinámica del (los) sistema(s) para que puedas entenderlos mejor y luego poder actuar sobre algunas de sus partes para reverberar en el conjunto de forma positiva.

Este tema también forma parte de nuestro plan de estudios de formación de Enterprise Coaching.

Ahora que has entendido mejor la importancia del Pensamiento Sistémico, cuéntanos cómo imaginas que este pensamiento puede ayudarte en tu vida diaria.

Noel Portugal

Com experiência de mais de 18 anos em vendas e marketing no segmento de tecnologia, minha grande motivação é o desafio de aprender, desaprender e reaprender formas de vender e fazer marketing nos dias de hoje. Claro, com resultados! Procuro dedicar uma parte do meu tempo para atividades sociais, também gosto de viajar, conhecer novos lugares, culturas e principalmente de registrá-los através da minha paixão por fotografia.