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Cuando André Luiz fue elevado a un puesto de liderazgo dentro de la empresa para la que trabaja, hace cuatro años, un banco con más de 90.000 empleados, su postura inicial fue contraria a lo que creía: “Me convertí en el peor líder del mundo”, cuenta. Su perspectiva de ser un líder inspirador parecía muy alejada de la realidad cuando se encontró reproduciendo referencias pragmáticas de líderes que administraban personas y no sistemas.

Durante al menos seis meses frente a este grupo, la postura de André se mantuvo sin cambios. Y, si de alguna manera ese trato con el equipo fue fruto de ejemplos vividos y compartidos con André, por otro lado, las prácticas de mando y control parecían lejos de la forma en que él las veía adecuadas y, en consecuencia, lastimándose a sí mismo.

Y es de este proceso de cambio de mentalidad del que hablamos hoy, en los Success Stories, otro caso donde la agilidad fue crucial para la mejora sistémica del trabajo y, principalmente, de la cultura. En una entrevista exclusiva con el equipo de Adaptworks, André cuenta cómo fue este cambio de pensamiento y cómo funcionó para él y para los equipos que dirigió desde su cambio de actitud.

“Por lo general, cuando obtienes un ascenso, estás preparado para un trabajo que es incompetente, porque necesitas aprender esas rutinas y prácticas de ese nuevo trabajo. Y terminas reproduciendo el comportamiento que se aprendió al ver a esa persona que estaba allí. Entonces, hasta que logres crear tus prácticas y procesos, terminas cometiendo algunos errores”, analiza.

MENTALIDAD Y BÚSQUEDA DE MEJORA

Esta construcción mental, que dio lugar a los nuevos métodos de trabajo de André, se desarrolló a costa de mucho estudio y dedicación. Trabajando con proyectos desde 2006 en una Telecom, se especializó en Project Management con prácticas alineadas con PMI. En 2010, se logró el tan esperado PMP, hecho que se combinó con su salida de Telecom a Banking, incorporándose a Corporate PMO.

André explica que, como uno de los servicios que ofrecía lal PMO era el apoyo metodológico, era natural que se absorbieran técnicas y prácticas emergentes para reemplazar el estilo más de mando y control en el que se llevaban a cabo los proyectos. Entonces, en este proceso, se estableció la búsqueda de actualización con el fin de comprender, principalmente, los principios y valores de agilidad y conocimiento de prácticas, herramientas y marcos que, en su momento, formaban parte de la evolución de la PMO Corporativa.

“Además de la evolución de la PMO de la que yo formaba parte y la mía personalmente, después de un tiempo me sentía bastante incómodo con cómo pasaban las cosas en los proyectos. Ya sea por el comportamiento de los equipos o el mío y mi equipo dentro de la PMO. Gran parte del tiempo se dedicó a las minutas de las reuniones, las presentaciones de estado, los planes de construcción, los horarios y no se generó nada de valor para los clientes», explica André.

Para él, la impresión era que los proyectos no se llevaban a cabo para resolver los problemas de los clientes, sino para generar artefactos y documentación. “Conocer más acerca de los métodos ágiles y comprender que lo importante es el outcome y no el output me ayudó a querer cambiar y transformar la forma en que entregamos valor a través de nuestros proyectos”, explica.

Por eso, en esta búsqueda de conocimiento, André, que era nuestro alumno aquí en Adaptworks, dice que hubo momentos en los que era difícil tener un curso que no había tomado ya. “Desde las certificaciones CSM, SAFe, ICagile, en definitiva, muchas. Siempre he tenido como método de aprendizaje estudiar y certificarme. No solo por el certificado en sí, sino siempre con la intención de ponerme a prueba y obligarme a aprender y, sobre todo, a practicar nuevas habilidades”, explica.

André bromea diciendo que nunca formó parte de la lucha por “Waterfall vs. Agile’s good against evil”, para él todo profesional que tiene proyectos en su rutina debe tener una caja de herramientas completa.

PRÁcTICAS APRENDIDAS Y EJECUTADAS

Además de todas las prácticas, habilidades y experiencias adquiridas en Adaptworks, la que tiene André, en sus palabras “más cariñosas” es Management 3.0. Para él, fue el aprendizaje obtenido de esta certificación lo que se convirtió en una guía de cómo actuar con complejidad y cómo ser un mejor líder.

“Uno de los momentos más críticos de mi carrera fue cuando llegué a un puesto directivo y tardé mucho en ‘encontrarme’ en el rol de líder y comencé a copiar estilos que veía en otros líderes, pero que no tenían nada que ver conmigo y eso me convirtió, quizás, en el peor entrenador del mundo para mi equipo. M3.0 me ayudó a encontrar mi centro y mis convicciones. Probablemente no soy el mejor líder del mundo, pero con toda certeza, ya no soy el peor «, dice.

La certificación a la que se refiere André se puede encontrar en este enlace. Con él, los fundamentos de la gestión ágil se aplican junto con el pensamiento de la complejidad: dinamizar a las personas/motivación y compromiso; empoderar a los equipos/delegar; alinear restricciones/valores y culturas; desarrollar habilidades/aprendizaje; hacer crecer la estructura, escalar la estructura organizativa; mejorar todo éxito y fracaso.

NUEVO DESAFÍO, NUEVAS RESPONSABILIDADES

Desde noviembre de 2018, André trabaja en el ecosistema de innovación del banco. Desde entonces, ha ocupado la cátedra de Innovation Manager, actuando como una especie de Portfolio Manager, apoyando a las áreas de negocio para emprender proyectos de innovación; también ocupó la presidencia de UX Chapter Leader asegurando que todas las iniciativas de innovación fueran amigables para el cliente; y, desde septiembre de 2020, ha estado a cargo del equipo de Comunicación Institucional de Ecosistema, mientras lidera un importante programa para expandir la cultura de innovación de la organización.

En su rol de liderazgo actual, su misión es aumentar la percepción del valor de los atributos de la marca y hacer que el tema pase de ser solo un departamento a convertirse en una cultura en toda la empresa. Y es exactamente en este trabajo donde implementa los principios y valores ágiles.

“Utilizo lo que se adapta a las necesidades de mi equipo y mi contexto de la mejor manera. Por ejemplo: por delante de mis equipos, es difícil pedirles que entreguen incrementos de software cada cuatro semanas. Lo que hacemos es establecer una visión y un horizonte de enfoque de 15 días, donde todos se comprometan con algo de valor, algo que importa a nuestro contexto”, explica, y agrega: ¿Es un método ágil? No sé, creo que sí, pero sin duda significa pensar y actuar de forma ágil”, puntualiza.

André enfatiza que este pensamiento llega incluso a las nuevas generaciones, quienes, a diferencia de las antiguas, buscan y demandan nuevas formas de trabajo. Para él, el estilo de mando y control no funciona con Millennials y Generación Z y, como fuerza laboral predominante en el futuro, será necesario adaptarse a esta nueva realidad.

EL MINDSET

No es de extrañar que la forma de trabajar de André haya cambiado. Dice que cuando comenzó a aplicar la mentalidad ágil con el equipo, vio emerger resultados más efectivos, mientras que tanto el equipo como él mismo mostraron más satisfacción en su trabajo diario.

Este cambio de cultura fue y sigue siendo el gran desafío de la obra. “Pero no creo que sea correcto señalar la cultura como una barrera y esperar a que alguien elimine la barrera para que podamos actuar. Hoy tengo la oportunidad de intentar, al menos, incidir en la cultura hacia lo alineado con los valores y estrategias de la organización. Entonces, si no puedo cambiar toda la organización, empiezo con mi equipo, con equipos adyacentes, llego al departamento y así sucesivamente, la cultura continúa escalando. La gente necesita entender que, para cambiar la cultura, primero nos cambiamos a nosotros mismos y así es como iniciamos un movimiento”, comenta.

Para André, los desafíos son parte de su rutina. Citando una cita de Larry Page, cofundador de Google, «Trabaja duro en algo que es incómodamente emocionante», recuerda su carrera que comenzó incluso antes de graduarse de la universidad a los 26 años. Su primer trabajo fue con su padre que era dueño de una empresa de telecomunicaciones y trabajaba pasando cables e instalando PABX. Con el tiempo, fueron surgiendo oportunidades, a veces creadas, y su compromiso con la entrega de valor lo hizo destacar.

“La agilidad es un imperativo en tiempos exponenciales y muchas innovaciones y futuras interrupciones requerirán que los profesionales y las empresas utilicen la agilidad, por lo que espero estar en el juego. Pero es innegable que la madurez y la experiencia te hacen más enfocado y preocupado por el legado y la contribución que haces a los contextos donde trabajas. Lo que quiero en los próximos años es también hacer una mayor diferencia en las vidas de las personas a las que puedo impactar a través de lo que sé y sé hacer. Ser clientes, estudiantes, compañeros de trabajo y, lo más importante, mi familia y amigos”, enfatiza. Y concluye: “Centrarme en el valor es lo que más me enseñó la Agilidad. Centrándome en las relaciones que realmente importan, en las tareas que me acercan a las metas, usando mi tiempo de manera inteligente y sin desperdicio. Y lo crea o no, la agilidad me hizo descubrir el estoicismo, una línea filosófica de Séneca y Epicteto, estrechamente ligada al principio del empirismo. Así que el ágil me ayudó incluso a estudiar filosofía y adoptar una nueva forma de vida. Para el mundo y para mí, llegó para quedarse”.

Adaptworks

@Adaptworks

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