El uso de Design Thinking ha sido cada vez más común en organizaciones de diferentes segmentos. La herramienta está considerada como una de las mejores para la evolución de nuevos productos y servicios y se utiliza para responder a los posibles feedbacks negativos, a la competencia y también a las nuevas demandas del mercado basadas en la evaluación del comportamiento del consumidor.
El Design Thinking está anclado en algunos conceptos como: comprender en profundidad las necesidades del cliente, enfoque creativo con solución práctica, se centra en las necesidades de las personas y se da en una especie de paso a paso que veremos más adelante.
Para ello también es importante conocer los personajes que forman parte de este proceso, como el profesional que ocupa el puesto de Product Manager (PM). Este es el que demanda la necesidad del enfoque colaborativo propuesto por Design Thinking.
Al estar más cerca del cliente, este profesional termina siendo capaz de recopilar más datos sobre los feedbacks del producto y utiliza esta información para comprender el “problema” y diseñar la solución.
En esta etapa, es importante utilizar la empatía, ya que será necesario dejar de lado los prejuicios para que se puedan desarrollar soluciones desde la perspectiva de las necesidades reales de los clientes.
Otra característica del Design Thinking es la colaboración, que ocurre cuando profesionales de otras áreas, generalmente de equipos ágiles como equipos del sector de operaciones, soporte y entrega al cliente, están involucrados para ayudar a diseñar la solución.
A partir de esto, se realiza un prototipo, todavía en formato de borrador. En esta etapa se encuentra el concepto de Producto Mínimo Viable. En otras palabras, dado que todo el diseño de un nuevo producto genera costos para la empresa, este paso es el punto de partida para demostrar si habrá un beneficio del prototipo. Es la fase en la que se calculan los riesgos de inversión.
Después de eso, la solución se enfrenta al problema para confirmar que realmente es suficiente para resolverlo. Luego, el prototipo pasa al sector de soluciones.
El proceso es continuo para que el producto esté siempre en evolución. Según Marcelo Paiva, Agile Trainer de Adaptworks, el Product Manager es el responsable de no permitir que un producto se estanque dentro de la empresa.
“Esto significa que el negocio siempre se está adaptando a las necesidades del mercado”, afirma, destacando aquí la importancia de la flexibilidad -también característica del Design Thinking- que se impone para que los productos sigan siendo útiles a las necesidades del consumidor.
El PM es un profesional que ya es muy fuerte en otros países, pero en Brasil la demanda por esta área está creciendo.
El país estaba atrasado y con el cambio de comportamiento del mercado, tanto la contratación de PM como el uso de prácticas de Design Thinking se volvieron más valoradas.
“Hoy, el volumen y la velocidad del negocio crecen mucho más rápido que antes y, además, aparecen nuevos competidores todo el tiempo. Esto requiere una constante evolución de los productos”, dice Paiva.
El uso del Design Thinking y la función de Product Manager ocupan diferentes segmentos de empresas que van desde el mercado financiero hasta la generación de contenidos, entretenimiento y marketplaces.